Cuánto te echo de menos, Baby. Eras una bolita, hecha toda de dulzura y algodón. Tan bonita y tan suave. No olvidaré jamás tus ojos, tan vivos y despiertos. Comprensivos. Compasivos. Guardaré tu imagen con cariño. Te recordaré tal y como eras, tan pequeña, que a veces me resulta difícil comprender este hueco, tan enorme y profundo, que nos has dejado.
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