Ha vuelto esta mañana,
y me ha llenado de
esta angustia que no cesa,
oscura, envolvente
y espesa.
Cae de nuevo sobre mí
su presencia,
que es soledad,
no saber cuándo ni dónde,
que es pura oquedad.
Me pesa esta nada.
Vuelve con un nuevo ciclo.
Me destroza su calma.
Ha regresado como una
vez se marchó, sin avisar.
Se conjuró con él la luna.
Ya se ha instalado en el
recoveco de mi más
profunda intimidad.
Ha deshecho las maletas y
ha borrado las hazañas.
Ha roto los sueños, la claridad.
El silencio. Se ha quedado
con todas mis palabras.
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